Estas 55 rayuelas nos abren las puertas de una época fascinante. Tan pronto nos encontramos en una terraza parisina sentados a pocas mesas de Giacometti, como aparecemos en un bar berlinés en el que el borracho de turno resulta ser un antiguo miembro del régimen nazi, presenciamos un misterioso asesinato en una piscina pública del centro de Londres, o festejamos en Buenos Aires el fin de la Segunda Guerra Mundial. La capital de la bohemia protagoniza gran parte de estos cuentos, el París de jazz y aroma a Gitanes de los años cincuenta donde la autora trabó una profunda relación con figuras como Julio Cortázar. Con él vivió escenas que hoy forman parte de nuestro imaginario literario, como el entierro de un destartalado paraguas o el insólito descubrimiento de los axolotls. De su encuentro surgió uno de los personajes femeninos más cautivadores de la literatura argentina, La Maga. Pupila y amiga de Paul Celan, lectora para un Borges que ya no veía, Edith Aron logra en sus cuentos, con estilo conciso, ingenioso y profundo, un seductor equilibrio entre la escritura y la vida. Como si de una rayuela se tratara, de cuento en cuento saltamos de un recuerdo a otro para descubrir que el juego, en realidad, es el viaje.
"Tengo que estar sola con Horacio, vivir con Horacio, quién sabe hasta cuándo ayudándolo a buscar lo que él busca y que también tú buscarás, Rocamadour, porque serás un hombre y también buscarás como un gran tonto".
domingo, enero 20, 2008
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